There is a place for sound judgement between good and bad and for good discernment to learn from the mistakes of others. But we should strive to use this in the name of loving God and loving others, not harming them with our words. The more judgmental we are, the more insecure we will be, and the more gossip will come out of our mouths to evade the darkness in our own souls, and the more we do that the more bitter we will be. 

The more insecure we are the more judgemental we will be, trying to put the focus on other people's failings, short comings and defects to avoid the painful truth that we are as imperfect as the rest.

Its such a horrible cycle, an invasive illness in the soul.

But there is hope for our seemingly hopeless state. Jesus is our hope to free us from the bondage of the false comfort of gossip, insecurity, bitterness, and a judgmental heart. There is grace that sets us free and empowers us to love and serve others despite of themselves and despite of ourselves.

Matthew 7:3-5 Why do you see the speck that is in your brother's eye, but do not notice the log that is in your own eye? Or how can you say to your brother, ‘Let me take the speck out of your eye,’ when there is the log in your own eye? 5 You hypocrite, first take the log out of your own eye, and then you will see clearly to take the speck out of your brother's eye.

El buen discernimiento entre el bien y el mal es importante para aprender de los errores de los demás pero debemos tener en mente el hacer esto para amar a Dios y amar a los demás, no para dañar a otros con nuestras palabras. Entre mas juzgamos mas inseguros seremos de nosotros mismo y mas chisme saldrá de nuestra boca para evadir la oscuridad que hay en nuestra propia alma y entre mas hacemos esto mas amargura habrá en nuestro corazón. Entre mas inseguros seamos mas juzgaremos a los demás, tratando de enfocar los defectos y errores de los demás para esconder la dolorosa verdad de que somos igual de imperfectos que los demás. Es un ciclo horrible, una enfermedad en el alma.

Pero hay esperanza. Hay esperanza en Jesus. El nos libera de la esclavitud

de la falsa comodidad que nos brinda el chisme, la inseguridad, la amargura y un corazón que tiende a juzgar a los demás. Hay gracia que nos libera y nos impulsa con Su poder para amar y servir a los demás a pesar de ellos y a pesar de nosotros mismos. Hay gracia en Cristo.

Mateo 7:3-5

3 ¿Y por qué miras la mota[a] que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo puedes decir[b] a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando[c] la viga está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.